
El gobierno de Trump ha endurecido el proceso de naturalización al ampliar el requisito de «buena conducta moral» para quienes buscan la ciudadanía estadounidense.
Un nuevo memorándum del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) instruye a los funcionarios a evaluar de forma más «holística» el carácter de los solicitantes, lo que va más allá de solo la ausencia de delitos. Se considerarán tanto aspectos positivos (como contribuciones a la comunidad) como negativos de sus vidas.
Abogados y expertos en inmigración expresan su preocupación, ya que consideran que este cambio agrega incertidumbre y subjetividad al proceso. Señalan que la falta de criterios claros, como la cantidad de trabajo voluntario que se considera «suficiente», podría dificultar a los solicitantes cumplir con la nueva norma.
Además de esta evaluación subjetiva, la nueva política incluye cambios más concretos, como:
- Pago total de impuestos atrasados y manutención de hijos, en lugar de solo tener un plan de pagos.
- Posible negación de la ciudadanía por multas de tránsito o «acoso agresivo».
Esta medida forma parte de una tendencia del gobierno de Trump de examinar con mayor rigor la vida de los inmigrantes, incluyendo sus redes sociales, para detectar lo que considera actitudes «antiestadounidenses».